Una residencia con historia:
Construida en el siglo XVIII, se le insufló nueva vida durante un proceso de restauración de dos años en el que la elegancia tradicional se fusionó con la modernidad contemporánea. En tiempos pasados, la residencia sirvió de refugio a viajeros adinerados en una de las suites más grandes de Europa. Incluso hoy en día se sigue considerando como la combinación perfecta entre un refugio privado que ofrece seguridad y un lujoso hotel en un entorno de cuento de hadas. Porzellanmanufaktur Nymphenburg creó la base de varios mundos temáticos, que se revelan tras las puertas de las habitaciones, a través de los exclusivos objetos de porcelana con sus elaboradas pinturas. Cada uno de los siete cuartos de baño cuenta su propia historia: desde una pista de circo, a un baño de nubes. Desde 2016 la pintura sobre porcelana de Nymphenburg está incluida en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la Comisión de la UNESCO.